OFF
-Nico-
-Nico-
Yo sé cómo te sentís boncha, seguramente en este momento estas diciendo ‘¿Quién es este logi?’. Si, vos siempre hablas al revés, nunca entendí por qué hablas al revés. ¿Qué idea tiene este logi? Pero yo sé que estás bien acompañado. Pero claro, te falto yo papá. Yo soy tu referente, vos me tenes ahí arriba, yo soy tu guía, tu faro, esos ojos azules que te iluminaban, tu nueve de área. Yo sé que estas algo desmemoriado papu, yo sé lo que les pasa a todos.
Están en la línea de fuego, y lo peor es que nadie les preguntó si querían, los metieron ahí y ustedes no pueden retroceder ni tampoco ir al frente, están parados en la línea. Se siente indefensos, angustiados, creeme que lo sé. Pero lo único que se puede hacer cuando estas en la línea de fuego es resistir.
Están desorientados, se sienten caer al vacío, sienten que van a perder todo pero no es así, tienen un hombro donde apoyarse, tienen razones, muy buenas razones para seguir luchando, para esquivar el fuego. Nuestra mayor debilidad puede ser nuestra mejor fortaleza, solamente hay que verlo, yo lo sé, el tiro puede venir de cualquier lado pero hay que resistir sin traicionar lo que son, así no sepan quienes son, así no entiendan por qué pasa lo que pasa, resistan. A veces la razón no entiende ciertos misterios. A veces para resolverlos hace falta eso, resistir, resistir juntos. Están todos en la línea. Si una flaquea, si uno baja los brazos, pierden todos. Resistir al enemigo que viene de afuera pero también resistir a los propios demonios.
Si todo lo que pasó fue duro, todo lo que viene va a ser peor. Por eso tienen que resistir.
Yo lo sé, yo no soy nadie para vos, pero vos sos tanto para mí. Te podría contar tantas cosas importantes que vivimos juntos… por ejemplo yo te enseñe a jugar al futbol papu. Vos no te acordarás llequita, pero yo siempre te decía ‘si por el centro se te complica anda por la línea’, y no sabes los goles que hiciste cuando me diste bola, no sabes… Mirá bonchita, mi papu, vivimos tantas cosas juntos, de lo que más me acuerdo son de las pequeñas cosas. Por ejemplo el día que iba a casarme con Cielo vos me acompañaste en el descapotable ¿te acordas? Los dos vestidos impecables, nos parábamos en el asiento, cantábamos, íbamos juntos, hermosos, cantando mí tema preferido, felices.
Sabemos que no hay pasado ni futuro ni distancias que nos separen.
Papu llegaste hasta la mitad del río, estás en la línea, podes volver a la burbuja o seguir adelante. Y por mas lavado de cerebro que te hagan vos sabes adentro tuyo quien sos y quienes somos tu familia, vos sabes que sos lleca, nuestro llequita.
Sabemos que aunque queramos o no vamos a seguir estando juntos de un lado o del otro lado pero siempre en el mismo camino.
Avanzando, retrocediendo, cruzando la línea o yéndonos al pasto, siempre estamos trazando un camino, marcando una línea, hasta el final.
Están en la línea de fuego, y lo peor es que nadie les preguntó si querían, los metieron ahí y ustedes no pueden retroceder ni tampoco ir al frente, están parados en la línea. Se siente indefensos, angustiados, creeme que lo sé. Pero lo único que se puede hacer cuando estas en la línea de fuego es resistir.
Están desorientados, se sienten caer al vacío, sienten que van a perder todo pero no es así, tienen un hombro donde apoyarse, tienen razones, muy buenas razones para seguir luchando, para esquivar el fuego. Nuestra mayor debilidad puede ser nuestra mejor fortaleza, solamente hay que verlo, yo lo sé, el tiro puede venir de cualquier lado pero hay que resistir sin traicionar lo que son, así no sepan quienes son, así no entiendan por qué pasa lo que pasa, resistan. A veces la razón no entiende ciertos misterios. A veces para resolverlos hace falta eso, resistir, resistir juntos. Están todos en la línea. Si una flaquea, si uno baja los brazos, pierden todos. Resistir al enemigo que viene de afuera pero también resistir a los propios demonios.
Si todo lo que pasó fue duro, todo lo que viene va a ser peor. Por eso tienen que resistir.
Yo lo sé, yo no soy nadie para vos, pero vos sos tanto para mí. Te podría contar tantas cosas importantes que vivimos juntos… por ejemplo yo te enseñe a jugar al futbol papu. Vos no te acordarás llequita, pero yo siempre te decía ‘si por el centro se te complica anda por la línea’, y no sabes los goles que hiciste cuando me diste bola, no sabes… Mirá bonchita, mi papu, vivimos tantas cosas juntos, de lo que más me acuerdo son de las pequeñas cosas. Por ejemplo el día que iba a casarme con Cielo vos me acompañaste en el descapotable ¿te acordas? Los dos vestidos impecables, nos parábamos en el asiento, cantábamos, íbamos juntos, hermosos, cantando mí tema preferido, felices.
Sabemos que no hay pasado ni futuro ni distancias que nos separen.
Papu llegaste hasta la mitad del río, estás en la línea, podes volver a la burbuja o seguir adelante. Y por mas lavado de cerebro que te hagan vos sabes adentro tuyo quien sos y quienes somos tu familia, vos sabes que sos lleca, nuestro llequita.
Sabemos que aunque queramos o no vamos a seguir estando juntos de un lado o del otro lado pero siempre en el mismo camino.
Avanzando, retrocediendo, cruzando la línea o yéndonos al pasto, siempre estamos trazando un camino, marcando una línea, hasta el final.
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