Este año no sólo cambió de look, sino que (tras dejar la productora de Cris Morena) se animó a probar suerte con la conducción televisiva
y próximamente con la producción junto a su marido el Turco Naim Sibara. Así, camaleónica y sin miedo a tomar riesgos, habla de su repentina desvinculación de Bailando por un Sueño
y por qué decidió postergar la maternidad para el 2012. Al momento de hacer la entrevista elige sin titubeos un restaurante macrobiótico.“Este tipo de comida le hace muy bien a mi organismo y me da la energía que me hace falta para enfrentar el día a día”, comenta para fundamentar su decisión. Justamente potencia es lo que necesita esta versátil actriz que no para nunca de generar proyectos.Entra a esta Nota para ver la Entrevista...
Este año lo comenzó sumida por primera vez en la conducción en el (fallido para el medio, exitoso para ella) envío adolescente Recreo en vos por El Trece y como si esto fuera poco decidió aceptar la propuesta de Marcelo Tinelli para volver a impactar con sus dotes de gran bailarina en Bailando por un Sueño.
Hace apenas dos semanas quedó inesperadamente fuera del certamen cuando Andrea Estévez la reemplazó por una lesión y perdió en el voto telefónico contra la modelo Sofía Zámolo. “Estoy conforme con lo que hice en la pista.
Esta vez me tocó irme, pero entiendo que son las reglas del juego y que el programa viró mucho en este último tiempo. Me animaría a decir que se transformó en algo casi impredecible y supeditado a lo que quiere ver el público”, cuenta esta figura (nueva cara de la marca Peter Pan), que hoy luce melena corta y platinada para encarnar a la protagonista de Minou, una serie infantil que produce y escribe junto a su marido, el Turco Naim Sibara.
-¿Te dejó un gusto amargo la salida tan repentina de Bailando por un Sueño?
-Para nada, porque siempre entendí qué es lo que busca el programa. No hay que olvidarse que es un reality y a veces a una le toca ganar y en otras ocasiones perder. Todos los escándalos que comenzaron en el primer certamen en el cual yo participé (la segunda edición del ciclo en 2006) se multiplicaron de manera exponencial. Es un show y tanto Marcelo (Tinelli) como la producción manejan lo que más les sirve según el gusto de la gente. Lo entiendo y por eso no me tomo las cosas a pecho. Además, yo lo único que busqué es ir a divertirme, bailar y, ante todo, ayudar.
-¿Sentiste que tu rol estuvo desdibujado porque no te enganchaste en ninguna de las peleas?
-Puede ser. Pero creo que en esta oportunidad estoy en otro momento de mi carrera y no necesito tanta exposición porque ya me gané un lugar en el medio. ¿Si me molestó? No, al contrario. Prefiero pasar inadvertida a tener que ser protagonista de algún escándalo.
-La única vez que tuviste un exabrupto fue cuando saliste a desmentir los rumores de separación de tu marido, ¿podríamos decir que ahí apareció la Emilia de carácter fuerte?
-Sí, es cierto. Sentí que tenía que defender a mi familia y al hombre que amo. Se metieron demasiado en mi vida y necesité adoptar el rol de leona para proteger lo mío. Soy una mina de carácter, pero jamás lo muestro. Esa fue una situación en la cual fue necesario ponerle freno a tanta invasión y mentira.
-¿Cómo fue la experiencia de volver a grabar Casi Ángeles para darle un cierre a esta historia adolescente?
-Divina. No extrañaba el lugar, pero sí a la gente. La posibilidad de reencontrarse con seres tan queridos es por supuesto bienvenida. Además, fui, hice mi personaje, me divertí y no me tuve que bancar las diez horas de grabación por día (risas).
-¿Cómo está tu relación con Cris Morena?
-Muy buena. Nos mandamos e-mails muy lindos y afectuosos, sin nada de resentimiento. Yo dejé de trabajar con ella porque necesitaba un cambio, pero si hubiera sido por Cris y la producción me quedaba más tiempo en el programa. También la acompañé en esta difícil situación que vivió por la muerte de Romina, pero de ese tema prefiero no hablar porque me afecta mucho (se le quiebra la voz).
-Este año debutaste como conductora en Recreo en vos por El Trece, un programa que no funcionó a nivel audiencia, ¿lo sentiste como un fracaso?
-No. Puse mucho de mí y me gustó hacerlo porque fue un gran desafío animarme a la conducción. El tema del rating no me lo tomo de manera muy personal, porque depende de muchos factores: el año televisivo, la situación del país, la estrategia de la competencia o si el canal te hace prensa o no. La verdad es que es bastante ajeno a uno y no se puede controlar. Yo di todo lo que tenía para dar y me fui conforme, así que en lo personal puedo catalogarlo como un suceso. El éxito es eso para mí, pasa por aprender y sentirme realizada.
-Por otro lado, ya terminaste de grabar el piloto de tu nuevo proyecto televisivo llamado Minou, que producís junto al Turco Naim y a una compañía israelí, ¿cómo es trabajar con tu pareja?
-Es lo más importante que me pasó hasta ahora a nivel laboral. Creo que es el mejor productor que tuve en estos años de carrera. Me gusta cómo dirige, cómo produce, ¡todo! Él tiene mucho background vinculado al cine, entonces puede plasmar todo ese conocimiento de una manera genial en la puesta y la realización de la tira. Estoy chocha. Aparte, me hace sentir muy contenida. Ojalá dure para toda la vida esta unión profesional y amorosa.
-A principios de diciembre cumplen un año de casados, ¿cambió algo en la pareja?
-Entre nosotros no tanto porque convivíamos hace tiempo. Pero a mí me modificó mucho. Desde chica soñaba con casarme y convertirme en la mujer de alguien y ahora lo soy. Creo que me posiciona en otro lugar frente a la vida. Me siento una mujer con todas las letras. Ser la esposa del hombre al que amo me hace sentir poderosa y plena.
-¿No tienen ganas de convertirse en padres?
-Sí, claro, pero ahora estamos con mucho trabajo, pero mis ansias siempre estuvieron y estarán latentes. Creo que necesitaría mayor tranquilidad para planear traer un hijo al mundo. Si no hubiera sido por la cantidad de trabajo que tuve en estos años, te aseguro que ya sería madre de dos nenes, por lo menos.
-Siempre estás con miles de proyectos y repleta de actividades, ¿pensaste alguna vez en parar?
-No. Creo que lo único que me va a detener es un bebé. Ahí me voy a dar cuenta que mis prioridades van a cambiar. Por eso necesito un tiempo de tranquilidad profesional para planearlo. El próximo año no será, quizá en 2012.
-Antes de ser madre, ¿te gustaría probar suerte en el exterior?
-Sí. Tengo ascendente en Sagitario y eso significa que soy muy expansiva. Aparte me encanta la aventura. Viajar y trabajar son dos de los grandes placeres de mi vida, así que hacer algo afuera sería genial porque podría combinar ambas pasiones. Es una cuenta pendiente.
-Este año también abandonaste las rastas. Las mujeres por lo general cambian de look en época de crisis, ¿lo sentiste como una especie de transformación?
-Esa costumbre nunca tuvo que ver mucho conmigo. Además, porque tuve la suerte de no atravesar crisis. Trato de canalizar la mala energía y transformarla. Creo que las chicas buscan otro look cuando no se animan a cambiar lo que verdaderamente deberían. Yo, sólo elijo otro peinado cuando me harto de verme, así de sencillo.
-¿Siempre sos tan jugada a la hora de elegir?
-Sí, me encantan los looks que te dan una personalidad arrolladora y que causen impacto. Busco diferenciarme y me atraen las mujeres que se animan a ir más allá sin perder la femineidad como el caso de Madonna o Lady Gaga. Me juego a ser distinta y me gusta provocar. Me divierte. Me copa animarme a mostrar algo súper loco para que después la gente te copie. Está bueno ser una especie de ícono femenino (risas).
-¿Y el miedo nunca te detiene?
-No, yo siempre me atrevo a todo y por eso soy feliz. El temor es algo que la mente te impone y te paraliza. No quiere decir que yo no lo sufra, pero trato de que no se interponga en mis decisiones. En el trabajo y en la vida creo que no tengo límites. Al contrario, todo me da curiosidad, intriga y ganas de hurgar. Eso es lo que me motiva a seguir.
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